El Paso Strong
Era el
sábado 3 de agosto, alrededor de las 11 de la mañana. Me encontraba con mi
esposa Silvia y mi hija Angélica (tal vez más conocida como “La Bodoque”, en
parte gracias a mi) en Ruidoso, en una tienda de segunda mano, de las conocidas
como “Thrift Shop”. Ir a estas tiendas, y a los llamados “Flea Market” es de
las cosas que más nos gusta cuando salimos de la ciudad.
Para
variar, yo había terminado de curiosear antes que mis dos mujeres, así que fui
a sentarme un rato y, también para variar, decidí checar mi teléfono. Como
siempre, checar Email, Facebook y Twitter.
Cuando
empiezo a checar mi muro en Facebook, aproximadamente el 80% de los posts
hablaban sobre una situación de un tiroteo afuera de un Walmart, el que esta a
un lado de Cielo Vista. Inmediatamente chequé diferentes portales de noticias,
y la poca información que pude encontrar hablaba de un tirador que había matado
a una persona en el estacionamiento de Walmart. La noticia me entristeció, pero
para ser sincero, no me afecto demasiado… tal vez es uno de los efectos de
haber vivido en Juárez durante la época mas violenta de la ciudad. Inocentemente
pensé que era solo un asalto o algún ajuste de cuentas.
Cuando
llego Silvia le comenté sobre lo sucedido, nos lamentamos, pero al igual que yo,
no pensó que fuera algo muy grande.
Sin pensar
mucho en lo que había sucedido seguimos con nuestro paseo. Un par de horas después
volví a checar mi teléfono, pero ahora la situación era muy diferente. Las
noticias (y sobre todo los rumores) hablaban de mas de cinco muertos, varias
decenas de heridos, mas de un tirador y amenazas de ataques en varias partes de
El Paso. No me gusta leer ni esparcir rumores, pero algo me quedaba claro… ya
no se trataba de una situación menor. Era un acto de terrorismo… en mi ciudad…
algo que nunca hubiera pensado que podría suceder.
Continuamos
con nuestro paseo y no fue sino hasta que nos paramos en un restaurant a comer
que volvimos a checar los teléfonos. Para entonces, la situación era muy diferente.
La policía ya había detenido al tirador (se confirmo que era solo uno) y se
hablaba de mas de quince personas asesinadas y mas de veinte heridos. No había mucha
información respecto al asesino, pero la verdad es que no pude evitar pensar “que
no sea hispano, por favor”, pensando en como un tirador hispano apoyaría las teorías
racistas y xenófobas del presidente Trump. En ese momento no me imaginaba que
en realidad era todo lo contrario.
Voy a ser
sincero. A pesar de que el tiroteo me hizo sentir muy mal, creo que el hecho de
estar fuera de la ciudad, en modo de vacaciones, no me permitió dimensionar la situación
en todo su tamaño, asi que continuamos con nuestro día en relativa normalidad,
solo checando las noticias y comentando la situación.
Al
siguiente día nos despertamos con la noticia de otro tiroteo en Dayton. Pero también
con artículos confirmando que el asesino de El Paso tenía motivaciones raciales,
específicamente buscando asesinar latinos.
Ese domingo
era el día que regresábamos a casa. Mientras íbamos en la carretera después de mediodía,
ya con mucha más información, mi esposa y yo íbamos platicando del evento, y
cada vez nos dábamos mas cuenta de lo grave de la situación, de cómo el evento
cambiario la vida de todos en El Paso. Obviamente, quienes estuvieron ahí serian
los mas afectados, pero en realidad esto ha cambiado, y seguirá cambiando la
vida de todos los que vivimos en la frontera de El Paso/Juárez.
Quienes no
viven aquí muy probablemente no lo sepan, y quizá no lo puedan entender, pero
en general, Juárez y El Paso, a pesar de ser dos ciudades diferentes,
pertenecientes a dos países diferentes, en realidad conforman una sola
comunidad. Hay mucha interacción de todo tipo, económica, social, personal,
etc. Y lo que afecta a alguna de las ciudades, regularmente afecta a la otra.
Tan es así, que ocho de las victimas mortales del ataque son mexicanas.
En el
camino de regreso, nos enteramos que ese día habría una vigilia por las víctimas.
Inmediatamente decidimos que teníamos que asistir a esta vigilia, por varias
razones. Primero que nada, porque como ciudad, como comunidad, es necesario demostrarle
al desequilibrado mental que causo la tragedia que, a pesar de haber asesinado
y herido a mucha gente, no iba a lograr su objetivo. El Paso es mucho mas
fuerte, mas grande que cualquier terrorista. En segundo lugar, como comunidad necesitamos
estar unidos y apoyarnos en este momento, mas que en cualquier otro.
Finalmente, aunque es algo muy triste, muy difícil, creo que mi hija necesita vivirlo.
Necesita entender exactamente que fue lo que sucedió, porque sucedió y, sobre todo,
como evitar que siga vuelva a suceder en el futuro. Mi hija y sus amigos me dan
mucha esperanza de que, aunque mi generación esta haciendo muchas, muchas cosas
mal, hay posibilidades de que las siguientes generaciones arreglen el desmadre que
les estamos dejando. Finalmente, por supuesto, como fotógrafo tengo la necesidad
y deber de documentar este tipo de eventos.
Llegamos a
El Paso apenas una hora antes del evento y, a pesar de estar cansados, nos
preparamos para asistir a la vigilia. El evento se llevaría a cabo en un parque
muy cercano al lugar de la tragedia. Yo esperaba que hubiera mucha gente, por
lo que sabia que encontrar estacionamiento no seria fácil. Así fue… nos acercamos
al parque, y al empezar a recorrer las calles, no había lugar donde estacionar
el carro. Sin embargo, en un momento un señor se acercó a mi carro y me
pregunto “¿Va a la vigilia?” a lo que yo le respondí afirmativamente. “Venga, estaciónese
aquí, en mi cochera”.
“Eso es El
Paso”, me dijo inmediatamente Silvia.
Caminamos
al parque, junto con muchas otras personas que se dirigían a donde mismo. El
lugar ya estaba lleno, pero seguía llegando mas gente. Soy malo para calcular, así
que no tengo idea cuantos asistentes había.
La vigilia
la organizó una iglesia. Ellos invitaron a ministros de todas las
denominaciones que se les ocurrieron y cada uno de ellos se paro ante el micrófono
por algunos minutos. La verdad, para mi eso no fue lo que esperaba. Creo no ser
el único para el cual “thoughts and prayers” ya no es suficiente. Entiendo que
hay gente que busca consuelo en la fe, y lo respeto, pero yo buscaba mas un
discurso contra el racismo. Creo que no fui el único… mucha gente se fue antes
de que el evento terminara.
Hubo un par
de momentos especiales. El primero fue cuando Estela Casas, la locutora local, pidió
a la gente tomarse de las manos y hacer una oración. Todos los asistentes
tomaron de la mano a quien estaba junto a ellos y cerraron sus ojos.
El segundo
fue mientras una cantante interpretaba una canción (no recuerdo el nombre). En
ese momento note que a un lado mío un muchacho lloraba, mientras otro lo
abrazaba y uno mas lo tomaba de la mano. No sé si él conocía a alguna de las víctimas,
pero en ese momento no pude evitar que las lágrimas recorrieran mis mejillas. Mas
adelante lo volví a ver, ahora solo, de nuevo llorando. Hice algo que nunca había
hecho, y que pensé que nunca haría… me acerque a él, lo abrace y lloramos
juntos. Vi varias escenas como esa durante la noche.
No sé si éramos
muchos o pocos. No se si a la gente le haya servido haber escuchado a tantos
representantes de diversas religiones, buscando dar alivio a los que ahí estábamos.
De lo que estoy seguro, es que a todos nos sirvió el evento para darnos cuenta
que no estamos solos. Que El Paso es mucho mas grande que un loco racista con
un AK-47. Que la comunidad fronteriza se va a levantar de esto… no intacta, con
una herida muy grande, pero mucho mas fuerte que antes. Y también se que nunca,
jamás, alguien local haría algo como esto. El discurso racista y xenófobo tuvo
que importar a alguien a muchas millas de distancia para tratar de hacernos daño.
Pero no, lo siento por todos esos racistas que desean acabar con la idea de que
una ciudad fronteriza, con una gran población latina es la mas segura del país,
porque eso no va a pasar. Nos vamos a levantar y vamos a demostrar que los
hispanos no solo no somos dañinos, sino que, al contrario, estamos aquí para
hacer que este sea un mejor país.
Alrededor
de las 9:00 de la noche, y después de que Beto O’Rourke tomara el micrófono, a petición
a gritos de muchos de los asistentes, Silvia, Angelica y yo nos retiramos,
escuchando como despedida “Amor Eterno”, que se ha convertido en el himno de
los fronterizos en estos últimos días.
Termino repitiendo
el lema que se ve ahora por toda la ciudad…
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